El poligrafo o también llamado detector de mentiras, es una de las herramientas de mayor uso para la detección del engaño, y que cuenta con los más altos estándares y niveles demostrados de confiabilidad y validez en estudios científicos –es la prueba de detección psicofisiológica del engaño- .


La Real Academia Española define a La Mentira como: “Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente”. Y al El Engaño como: “hacer creer a alguien que algo falso es verdadero”.


La Prueba de Detección Psicofisiológíca del Engaño (PDD por sus siglas en inglés) es entonces una evaluación que permite discriminar con niveles altos de precisión, si es que una persona está haciendo creer a alguien que algo falso es verdadero, todo mediante cambios psicofisiológicos que se correlacionan con la mentira.